Antofagasta, Chile – enero 2025. La industria de la construcción está enfrentando un desafío cada vez mayor: cómo reducir las emisiones de CO2 y al mismo tiempo encontrar soluciones más sostenibles y eficientes en la producción de materiales de construcción. En este contexto, Domolif está liderando un innovador estudio que ha demostrado que los relaves mineros, un desecho que actualmente representa un problema ambiental global, pueden ser transformados en materiales de construcción de alto rendimiento mediante un proceso biotecnológico conocido como biocementación.
La investigación, liderada por científicos del laboratorio Domolif Chile, se enmarca en el proyecto financiado por el Gobierno Regional de Antofagasta, a través del Fondo de Innovación para la Competitividad, FIC R 2023 mediante el proyecto cuyo título es Desarrollo de un producto biotecnológico de última generación para reutilizar el relave, Código BIP 40047514.0. Esta investigación se ha centrado en el uso de relaves de cobre para crear biocemento mediante el proceso de precipitación de calcita inducida por microorganismos (MICP, por sus siglas en inglés). Este proceso, que utiliza bacterias para inducir la formación de minerales, ha sido aplicado exitosamente en la producción de materiales de construcción más sostenibles.
“Este estudio, que hemos estado desarrollando desde mediados de 2024, sumado a nuestra experiencia en temáticas de relave y las indagaciones que hemos obtenido, nos ha demostrado la capacidad y resistencia del producto. Los relaves de cobre, residuos generados en la minería, tienen una composición química similar a los componentes básicos del cemento, como el silicio, el calcio, el hierro y el aluminio. El análisis de estas muestras ha revelado que, al ser procesados con MICP, los relaves pueden convertirse en materiales resistentes y con propiedades que los hacen aptos para la construcción”, mencionó Johanna Obreque, CTO en Domolif respecto a los avances del proyecto.
Uno de los hallazgos más destacados de la investigación es que el relave fino o lama, que contiene más del 80% de partículas finas, muestra un aumento significativo de hasta el 45% en la resistencia a la compresión cuando se biocementa utilizando este proceso.
Aplicaciones potenciales y beneficios ambientales
Los materiales resultantes no solo son resistentes, sino que también poseen propiedades aislantes térmicas y acústicas. El estudio ha mostrado que Green Concrete, producto atentado por Domolif, tiene un índice de reducción acústica comparable al de materiales convencionales utilizados para aislamiento, como el fibrocemento. En cuanto a la aislación térmica, el material desarrollado cumple con los estándares chilenos de eficiencia energética, lo que podría hacer de este biocemento una opción viable para la construcción de edificios con bajo impacto ambiental.
Este avance es especialmente relevante en un país como Chile, donde la minería es una de las principales industrias, generando anualmente 600 millones de toneladas de relaves. Utilizar estos residuos en la fabricación de materiales de construcción no solo contribuiría a la reducción de los pasivos ambientales, sino que también ayudaría a mitigar el impacto de la industria de la construcción, que representa el 39% de las emisiones mundiales de CO2. Con el aumento de la actividad constructiva, se espera que este porcentaje llegue al 57% en las próximas décadas, lo que hace aún más urgente el desarrollo de soluciones sostenibles.